La RFEC ha hablado y ha ocurrido lo que los aficionados al ciclismo mas nos temíamos ya que ha impuesto una sanción de un año a Alberto Contador. Si fuese sólo eso sería aceptable pero hoy en día este tipo de castigos van siempre de la mano de algún título y esta vez, el ciclista pinteño se ha quedado sin su último Tour de Francia.
Quizás nadie sepa nunca si este caso ha sido "un doping de chuletón" o si verdaderamente Contador tomó sustancias prohibidas durante uno de los días de descanso de la pasada ronda franceso pero lo que sí, a mi me parece que una cantidad tan mínina -50 picogramos- no produce efecto alguno en el cuerpo de un deportista
Pero, hoy en día, la AMA prefiere asegurar y sanciona sin hacer casi distinción entre los diferentes casos que se dan.
Dicho esto, solo nos queda esperar a 2012 para ver de nuevo a Alberto disputarle un Tour al luxemburgués Andy Schleck.
Álvaro Alonso (Ferrol, La Coruña)
Carta publicada en el diario MARCA (29-1-2011)
Quizás nadie sepa nunca si este caso ha sido "un doping de chuletón" o si verdaderamente Contador tomó sustancias prohibidas durante uno de los días de descanso de la pasada ronda franceso pero lo que sí, a mi me parece que una cantidad tan mínina -50 picogramos- no produce efecto alguno en el cuerpo de un deportista
Pero, hoy en día, la AMA prefiere asegurar y sanciona sin hacer casi distinción entre los diferentes casos que se dan.
Dicho esto, solo nos queda esperar a 2012 para ver de nuevo a Alberto disputarle un Tour al luxemburgués Andy Schleck.
Álvaro Alonso (Ferrol, La Coruña)
Carta publicada en el diario MARCA (29-1-2011)
Esos 25 pg son el vestigio de un clarísimo doping, como el de todos los ciclistas de élite. ¿Cómo explicas si no que puedan cubrir casi la distancia Ferrol-Barcelona en menos de una semana? Todos se drogan, dopan o como lo quieras llamar. Este hecho no sólo no exculpa a Contador, si no que puede llevarnos a realizar una seria reflexión sobre el precio que está dispuesta a pagar la gente de este mundillo de mafias y culebrones que es el ciclismo profesional para llegar a la fama, siempre a costa de su integridad moral y física, así como de su imagen pública. En definitiva, un penoso ejemplo de la creencia de que el fin justifica los medios.
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