lunes, 21 de marzo de 2011

Faltan árbitros de baloncesto

por Leopoldo Ibáñez

El pasado sábado, al finalizar un partido de cadetes, un exaltado se acercó a la mesa de anotadores para, a gritos, amenazar a la oficial de mesa por no se sabe qué incidencia del partido. Al día siguiente otro entusiasta se pasó el partido "retransmitiendo" las "bondades" de un arbitraje , en un tono que, con toda seguridad, se debía oír a tres o cuatro manzanas del pabellón.

Finalizado el partido, con la vuelta a la calma, estaremos, sin duda, ante dos ejemplares padres de familia, transformados por el fanatismo en dos "hooligans" en los que ni ellos mismos se reconocerían si se viesen. Es un tema recurrente que hace mucho daño a los árbitros que empiezan. A nadie le gusta que le insulten por un error que en muchos casos ni siquiera es tal error. No es nada sencillo ser juez en un deporte que se desarrolla con tanta rapidez como el baloncesto.

Hay problemas para encontrar árbitros y no me extraña. Ellos también llegan al baloncesto con la misma ilusión, el mismo nerviosismo, idéntica ansiedad que los jugadores noveles, y como ellos también se equivocan, pero añadir más presión desde la grada no les va ayudar, ni a unos ni a otros, a ser mejores.

Por si fuera poco, las estadísticas acabarán demostrando siempre que han sido más determinantes para el resultado final los errores de los jugadores que las equivocaciones (o no) de los árbitros. ellos, los árbitros, también llegan al baloncesto por afición, con ilusión. No matemos esa ilusión cuando no ha hecho más que nacer.


Quinta columna. Artículo publicado en el suplemento La Voz de Ferrol de La Voz de Galicia (21-3-2011)

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