




Samaranch fue un visionario. Cuando España estaba sumida en la autarquía, él se abrió camino en los senderos del deporte con un don de gentes inigualable. El hombre sabía qué palo tocar siempre. Llevaba la diplomacia al paroxismo, lo que le granjeó numerosos aliados. Él fue el que incorporó el profesionalismo a los Juegos, pero también el programa de patrocinios que aseguró superávit en el Comité Olímpico Internacional en cada ejercicio y no sólo cada cuatro años -antes invierno y verano coincidían-, algo que no se podía sostener.
En las distancias cortas, siempre se hizo querer. Jamás ponía una pega a nada. Por el deporte lo que fuera. Incluso no tuvo reparo alguno en ponerse unas gafas con los aros olímpicos en Sidney que no le favorecían nada. Sabía que daría la vuelta al mundo. Su sutileza era tan grande que siempre te preguntaba por tu familia, por la situación laboral, por el MARCA -"yo le di al botón de la máquina cuando era delegado de deportes"-, época en la que este periódico abandonó su formato semanal para hacerse diario. Era generoso y nunca pedía nada a cambio. Incluso cuando en México hace 20 años le inquirieron sobre cuánta seguridad quería en una visita él respondió: "Lo que ustedes hagan, estará bien hecho". Jamás en ninguna otra visita a otro país, que visitó todos los que existían en su mandato, tuvo tanta protección aquel día.
Personalmente siempre me sorprendió. Tiene una mente lucidísima y sabía en todo momento por dónde respiraba el deporte mundial y la política. Pero quizás fueron sus dos secretos, dos anécdotas, las que siempre me recordarán su enorme figura: la castaña que guardaba en su bolsillo y que tocaba para rebajar la tensión y que siempre vestía con tirantes y cinturón. Siempre se recurre al tópico de que se ha ido uno de los grandes y esas cosas. Éste lo era. De verdad."
Día 28 de marzo, 21:15, paso por un bar y ni necesito mirar para saber que estará a tope de personas siguiendo con entusiasmo el Real Madrid-Atlético de Madrid. El fútbol forma parte de nuestras vidas, y si no lo creéis, aquí tenéis 7 razones:
4. Sea el Tour de Francia, la Vuelta, los Mundiales de Atletismo o Natación, el Eurobasket..., la gran mayoría prefiere un Real Madrid-Veteranos de Albania. Esto me encantaría que cambiara, confío en vosotros ;).
6. Reconozcámoslo, hay veces que nos leemos sólo la parte dedicada al fútbol de nuestro periódico deportivo favorito.
Estadios llenos, gente gritando, ambiente caldeado, comentaristas al límite, pañoladas, penalties, prórrogas, tarjetas rojas, etc. y todo eso en una hectárea de césped. Quién lo inventó era muy, pero que muy, listo y sin duda cambió nuestras vidas.
Espero que os haya gustado. ¡Un saludo blogueros!